Limpieza de fachadas sin alta presión: ¿es posible?
Sí, funciona muy bien utilizando el método adecuado. La variante de agua caliente a alta presión funciona del mismo modo que el método manual con un agente químico para la eliminación de grafitis. La solución química se aplica a la superficie a limpiar y luego se retira con un chorro de alta presión. El método no puede calificarse en absoluto como suave o ecológico. Por un lado, el sustrato puede resultar dañado y, por otro, el medio ambiente se ve considerablemente contaminado por esta técnica. Por ello, según la legislación vigente, siempre es necesaria una costosa recogida del agua contaminada, lo que encarece considerablemente el procedimiento. Con el método de chorreado en húmedo a baja presión, se aplica a la fachada una mezcla de aire y agua y posiblemente un agente de chorreado. Dependiendo de la superficie y del tipo de suciedad, se ajusta la presión. La desventaja de este método es que los componentes del yeso pueden quedar expuestos. A menudo, aparecen sombras muy marcadas en las paredes y las fachadas.
Con el método de chorro al vacío, solo se utiliza la presión negativa. Sin embargo, este método difiere considerablemente de los anteriores. El vacío succiona el abrasivo del contenedor de almacenamiento. En la lanza de chorro, el granulado se acelera a unos 400 km/h y golpea la pintura del grafiti. La pintura se desprende por el impacto del granulado. La ventaja del método es que se trata de un circuito cerrado. El material de chorreado se aspira automáticamente y vuelve al contenedor a través de una manguera mediante presión negativa. La suciedad y las partículas de pintura se filtran en un ciclón y el granulado se vuelve a reutilizar. El sistema de limpieza es fácil de manejar, por lo tanto, no es necesario ser un profesional. El chorreado al vacío también se denomina proceso mínimamente abrasivo. Esto lo hace ideal también para superficies muy sensibles.